Joan Abel i Joan Albanell, alumnes de 1r de Batxillerat
Estamos con Dani Gallardo, que nos ha dado una charla sobre prevención y sensibilización de accidentes.
– Tuviste un accidente que te dejó en silla de ruedas. ¿Cómo fue aquel día?
– Tengo el accidente, me veo en la situación que sé que estoy grave realmente. El amigo con el que iba se encargó de llamar a la ambulancia, vino la policía, los bomberos… Me trasladaron rápidamente al hospital de la Vall d’Hebrón, avisaron a la familia para que fueran para allá, identificaron el daño que sufrí… Un notición de cuidado. Mi familia, chocada; estaba bien, estaba vivo pero me daban 48h de vida y no sabían cómo iba a terminar eso.
– ¿Nos podrías decir cómo era tu vida antes del accidente?
– Una vida completamente normal. Trabajo, estudios, novia, amigos, deporte, una vida completa.
– ¿Cómo afrontaste el hecho de tener que vivir el resto de tu vida en una silla de ruedas?
“Esta es la situación ahora y a partir de aquí, a ver que se puede hacer. Lo que no se puede, que me gusta, ¿se puede hacer de otra forma?”
– Al principio bastante mal, me lo tomé; creo que nadie se lo toma bien esto. Lo primero que pensé es: “Si yo estoy bien, los demás van a estar mejor”, entonces, lo que hice fue ponerme un poco las pilas, decir: “Esta es la situación ahora y a partir de aquí, a ver que se puede hacer. Lo que no se puede, que me gusta, ¿se puede hacer de otra forma?”
– ¿Cuál es la función de la fundación Guttman?
– Es un centro que es un hospital, es decir, tiene la parte de centro de neurología, de neurorehabilitación, hay gente con daño cerebral y gente con daño de lesión medular. Ellos lo que intentan es que estas personas hagan una rehabilitación y que cuando vuelvan a casa su vida sea más fácil, te enseñan a vivir desde aquí, te enseñan a hacerlo todo de nuevo.
– ¿Cómo fue el día que llegaste a la fundación Guttmann?
– Aunque suene cruel fue feliz, feliz de ver que había montones de gente igual que yo, en silla de ruedas. Fue bien, era un paso más. Estás en Vall d’Hebrón, te alegras de estar vivo, de estar bien, quieres ir a Guttman, que es un paso más y de Guttman a casa, que es el siguiente paso. Paso a paso.
– ¿La vida en Guttman cómo era?
– Allí haces tu círculo de amigos, conoces un montón de gente. Bajas al gimnasio de lunes a viernes, estás de la mañana a la tarde. Por las tardes, con la familia que viene a visitarte, por la noche cena y al día siguiente otra vez más. Los sábados puedes ir al gimnasio por la mañana y el fin de semana te quedas ahí ingresado. Cuando te dan el alta el fin de semana, vas de lunes a viernes al hospital, te dejan volver el fin de semana a casa y luego hay un momento que vas de ambulatorio. Vas en ambulancia y vuelves. Duermes en casa. Luego llega el momento en el que te dicen: “Puedes irte a casa, ya estás preparado”.
– ¿Cómo ha cambiado la percepción de tu vida tras el accidente?
“Se ve todo de otra forma, ahora lo valoras todo más, como una segunda oportunidad, estoy contento de estar aquí, con esta situación, ojalá estuviera bien, pero esto es lo que es ahora mismo y tengo que disfrutar desde aquí, no hay más”.
– Se ve todo de otra forma, ahora lo valoras todo más, como una segunda oportunidad, estoy contento de estar aquí, con esta situación, ojalá estuviera bien, pero esto es lo que es ahora mismo y tengo que disfrutar desde aquí, no hay más.
– ¿Cuando la gente te mira, qué piensas?
– Mi problema, a simple vista, se ve, y quizás para alguien de fuera sea un problema ir sentado, para mi no lo es, para mi lo peor son la consecuencias que tiene la paraplejia pero al fin y al cabo con la silla vas y vienes a todos lados.
– ¿Qué barreras son las que te encuentras?
– De todo, ascensores pequeños, sitios públicos que no están bien adaptados, los baños, quieres ir al baño y la silla no entra, vas a entrar en una tienda y te encuentras el típico bordillo que no tiene acceso para entrar…
– ¿Por lo tanto, alguna vez te has sentido vulnerable?
– No me cuesta pedir ayuda, si tengo que entrar en la tienda, ya me haré ver para que salga el encargado a atenderme o pedirle a alguien “¿Perdona, me puedes subir al escalón?”
– ¿Cómo es tu vida actualmente?
– Ha hecho un giro bastante importante, ha cambiado en todos los sentidos. Ya no me dedico a lo mismo, este es mi trabajo (conferencias), ya no trabajo en el metro, ya no hago bici, hago otros deportes, ha cambiado en todos los aspectos. Los amigos de verdad, la novia, la família, sí que están ahí.
– ¿Dentro de la vida que llevas, cual es tu sueño?
– Sueños tengo los mismos de antes, no te puedo decir uno, yo pienso que la vida va por etapas y hay que disfrutarlas todas, evidentemente, estáis estudiando, cuando seais mayores trabajaréis, tendréis pareja, hijos; las etapas hay que vivirlas todas, y mis sueños son los mismos de antes.
– Qué consejo te gustaría dar a la gente?
– La charla va enfocada a prevención y sensibilización de accidentes, ya sabéis los riesgos que hay, ya se ha hablado del tema de conducir bebido, y se han dado todos los consejos y hay un montón de campañas pero creo que este mensaje llega más, no sé darte un consejo exacto.
– Y a alguien que acaba de sufrir un accidente qué le dirías?
– Que esto va poco a poco, no es como alguien que se rompe un brazo y al mes le quitan la escayola y ya está, esto es mucho tiempo, para volver a encontrarte a ti mismo y rehacer tu vida, que no tenga prisa y, poco a poco.
Muchas gracias Dani, por atendernos y por contarnos tu experiencia, ha sido un verdadero placer.
En Joan Abel i En Joan Albanell entrevisten a Dani Gallardo, qui després de patir un accident i passar per la Fundació Guttmann per a la seva recuperació, ens explica la seva experiència.
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